Poesías románticas  de Juan Gelman

Poesías románticas de Federico García Lorca Poemas de amor famosos Poesías románticas de Pablo Neruda Nuevos poemas  de amor recitados Poesías románticas de José Ángel Buesa Poemas de amor de Octavio Paz Poemas románticos de Bécquer Poesías de amor de Juan Ramón Jiménez

poemas romanticos, poemas de amor recitados

 

Poesías románticas  de Jaime Sabines Poemas de amor. Mario Benedetti Poemas de amor. Pedro Salinas Poemas de amor de Miguel Hernández Poetas de la generación del 27 Poemas de amor de Manuel Altolaguirre Poesía de amor de Claudio Rodríguez Poemas de amor de José Ángel Valente Poemas románticos de Dulce María Loynaz

Poesías románticas de Vicente Aleixandre

20 poemas de amor y una canción desesperada

Poemas románticos de Gerardo Diego Poemas de amor de Alfonsina Storni

    Poemas de Antonio Machado

Poemas de la generación del 27



Amor y Poesía

Poemas románticos para regalar. Poemas recitados para regalar. Poesías románticas para regalar

Poemas románticos para descargar. Poesías románticas para regalar a los enamorados. Poemas de amor recitados para ti. Poemas recitados. Poesías de amor recitadas gratuitas. Poemas románticos para regalar  de poetas famosos. Poesías de amor recitadas. Poemas y poesías para escuchar y para todos los enamorados. Poemas románticos famosos en español.

Escucha una selección de las mejores poesías románticas de la Literatura española y latinoamericana. Poemas recitados de amor 

 

 Que nadie se atreva

 


Que jamás se te ocurra desmentirme,
ni que nadie interrumpa cuando digo
que tus ojos, son ángeles desnudos
provocando a mi templo volcànico,
que muere por fundirte en mi esperanza,
o que el azufre sediento de mi cuerpo
te desea a morir Josè Manuel.


Que nadie se atreva a decir lo contrario
cuando pienso que has nacido para mi,
porque cuando te nombro, mis palabras
se tornan jubilosas en mi idioma,
y te siento descender a mi abismo,
como desciende el dìa ante la noche,
y yaces poco a poco, en mis deseos.

Que ni se les ocurra desvirtuar,
ni que nadie se atreva a desmentirme
cuando digo que vienen las alondras
de tus manos, a posarse entre mis pechos,
y liban los sentidos de mi vida
que mueren deshojados a tu vera,
y mi candente savia busca apagar
en tu paciente mar, la sed que emana.


Que nunca nadie diga lo contrario
que en cada escaparate de las calles,
voy sellando tu nombre que es mi esencia,
porque que tu amor me llega como espuma
traída por los vientos de la historia,
dejándote morir en mi ardiente playa,
y yo que te voy amando, José Manuel.

  Sandra Ignaccolo