La
luna de oro
te
trajo su corazón de plata,
oro y
plata,
plata
y oro.
La
niña se perdió
en la
plaza.
La
niña llora palabras,
lágrimas de oro,
lágrimas de plata.
La
noche se lleva su anillo
de
recién casada.
Lágrimas de oro,
aquellos días de besos y esperanzas.
En la
casa eras la reina
y la
luna te mimaba.
Te
esperaba a quién esperabas.
Lágrimas de plata,
por la
mañana no amanecerá,
su
sonrisa es una espada.
Hoy se
va con otra,
lágrimas de plata.
La
luna de oro,
te
dejó su corazón de plata,
oro y
plata,
plata
y oro,
y la
niña llora palabras
y la
noche se marcha.
Jesús Ángel Morato © 2005
|
Tienes en la cara,
niña,
dos lunares
amarillos.
La luna se viste de
seda
y la noche se pone
tus anillos.
Ya suena la música,
las notas se
embriagan
de besos primerizos.
La noche tiene sabor
de baile,
y los montes a
tomillo.
Cada lunar un beso,
y la luna se viste
de seda
y la noche con tus
anillos.
Las notas atrapan a
los amantes.
Por el aire , niña,
vuelan los besos
dulces y sencillos,
de un muchacho
embrujado
por tus ojos, por tu
brillo,
de la noche, de tu
baile,
con la luna, con tus
lunares,
en esta noche de
lunas de tomillo,
en la que la niña
le puso a la luna un
anillo,
y al muchacho su
hechizo.
Tienes en la cara,
niña,
dos lunares
amarillos.
La luna se viste de
seda
y la noche se lleva
tus anillos.
Jesús Ángel Morato©
2006
|
Si te vas por la mañana
quítale al sol el trigo
y al manantial el agua
Si te vas….
Si te vas pinta las paredes
y tiñe de mar tu sonrisa,
que tu falda sea la brisa
que tu blusa mi excusa
Si te vas…
Si te vas llévame contigo
que soy pastor de atardeceres,
pintor de los caminos
por donde pasean los niños.
Si te vas…
Si te vas dame tu mano
que quiero ir contigo
por donde fuimos,
por donde no fuimos,
por las cañadas,
por las mañanas,
por tu falda,
por nuestra esperanza.
Si te vas…
Si te vas por la mañana
quítale al sol el trigo
y al manantial el agua,
que yo seré tu niño,
que yo seré tu nido.
Si te vas…
Si te vas llévame contigo
que no quiero ser pastor,
que no quiero ser trigo.
Si te vas
seré tu destino.
Jesús Ángel B. Morato © 2006
|
Pavana
El mirlo en la incandescencia de tus labios se extingue.
Yo siento en ti grandes heridas y te desnudas en mis fuentes.
Se extingue el mirlo en las alcobas blancas donde soy ciego,
donde, algunas veces, suenan en ti grandes campanas.
Ha venido tu lengua; está en mi boca
como una fruta en la melancolía.
Ten piedad en mi boca: liba, lame,
amor mío, la sombra.
Existe el mar en las ciudades blancas,
coágulos en el aire dulcemente sangriento,
sábanas en la serenidad.
Existen los perfumes inguinales, lenguas en las heridas femeninas
y el corazón está cansado.
Entra con tus campanas en mi casa, pastora ciega, sin embargo,
como si no tuviera la dulzura su fin aún en las ciudades blancas.
Antonio Gamoneda
|
Una vez mas
Es una boca más la que he besado.
¿Qué hallé en el fondo de tan dulce boca?
¿Que nada hay nuevo bajo el sol y es poca
la miel de un beso para haberlo dado?
Heme otra vez aquí, pomo vaciado.
Bajo este sol que mis espaldas toca
a la cordura ,vanamente, invoca
mi triste corazón desorbitado.
¿Una vez más?... Mi carne se estremece
y un gran terror entre mis manos crece,
pues alguien da mi nombre a los caminos
y es su voz de hombre, cálida y temida.
Ay, quiero estarme quieta y soy movida
hacia la sombra verde de los pinos.
Alfonsina Storni
|
Amo
Amo a un hombre de torso como tronco de árbol
cuya piel sabe a hierro, tamarindo y sangre
que tiene la salvaje prestancia de un verano
y la música ronca de los viejos volcanes.
Amo a un hombre que vino precedido por las hojas
tiritando lloviznas bajo un cielo de nácar
por galpones de ciervos sobre suelo de rosas
por temblores de briznas y estertores de agua.
Un hombre que me anuda con sus brazos de cinta
y sajará el jacinto de cristal con que espero
como la lluvia saja los surcos de las islas
como la llama hiende lo mas débil del cielo.
Pura del Prado
|