La lluvia al caer.
 

Cuánto tarda la lluvia en caer,
cuánto tarda la vida en pasar,
que tristeza me daría, llegar al suelo sin haber podido amar,
sin haber podido mostrar, como humilde gota,
confundida en suave caída,
los colores del sol en radiante huida.
Cuanto me pesaría no haber reflejado la luz que me da la
vida.
Y cuando el momento llegue de ser parte de las gotas que
suben al cielo,
no como premio, sino como natural destino,
que los vientos permitan que suba tembloroso hasta las
nubes, en misterioso camino,
para descender luego contento, como cuando jugaba de niño.
 

Rubén I. Nohuitol
 

Olvidos

La puerta del amor

se ha cerrado tras de mi

de modo cierto

ha cambiado cerraduras

ha tapiado sus ventanas

ha cortado los caminos

no ha dejado ni un sendero



El ocioso vientecillo

que jugaba con tu falda

tejiendo rondas con tu pelo

se ha ausentado desde entonces

y los hielos de la noche

se han sumado a mi desvelo

En mi alcoba se hacen carne

tu aroma y mis recuerdos

(mi lecho ya no gime

ni con tu cuerpo, ni con mis besos)

que lejos se fue el olvido

no le importó mi tristeza

no escucho ni un consejo



Mi boca calla tu nombre

no le queda otro remedio

las horas juegan conmigo

en el negro túnel del tiempo





Gabriel Fernández

 

Días de Lluvia
 

Mis días son todos días de lluvia.

A veces

una lluvia fina y cristalina,

sensible y transparente

que al caer

acaricia el terruño como sin querer hacerle daño.

Otras

una lluvia soberbia y recelosa,

traslúcida y salobre

que como bomba que cae mansa del cielo

esparce su ansiedad

con cada gota.

Pero la mayoría

los días son todos días de lluvia,

una lluvia que cae muerta del cielo,

opaca, dañina, sin sentido,

una lluvia que marchita todo lo que toca.

Y ese cielo

de oxidados nubarrones y epidémicas tormentas

sería siempre un cielo azul,

imberbe,

desdentado,

de horizontes siempre abiertos,

si tú estuvieras aquí.

Amado Storni

Amo la noche

Amo la noche que es capaz de guardar muchos silencios,

de ser cómplice de todo,

a veces de lo bueno; pero también de lo perverso.

Amo la noche capaz de dar inspiración a la locura de los versos,

de sentir su brisa que nos hace comprender infinitas cosas,

amo la noche en que entregué el corazón que llevo,

amo la noche en que tuve que llorar tu ausencia

para toda la vida sin yo quererlo.

Armando Arzalluz

Poema de la culpa

Desde esta noche nada volverá a ser lo mismo.
Ya no hablarás de amor. Pertrechada en tu almohada
silenciarás tu voz, tus oídos… y nada
evitará que vayas derecha hacia el abismo.
Y yo, que soy el mismo Adán hoy que mañana…
no volveré a morder tu jugosa manzana.
Desde esta noche nada volverá a ser igual
y ya no habrá un “nosotros” para este firmamento
de estrellas solitarias, sin arrepentimiento…
He comprendido ahora que todo es terrenal.
También tu amor de Eva, tan carnal como humano
que hace imposible amar lo que no está cercano.
Desde esta noche… nada, nada, nada persigo
porque he perdido todo. También esta ilusión
de hacer posible un sueño, una resurrección…
porque muriendo yo, tú morirás conmigo.
Y… ¡Dios!, si Tú eres justo, no dudes condenarme
porque la culpa es mía; ella no quiso amarme.
 

Fernando Marín

Un beso para ti

Tengo un beso para ti
que sueña tu boca
y el vibrar del cuerpo
mi beso te ofrece
arrancar
la abundancia
de la calma que
margina el deseo
y aniquila el mundo

Déjame enredarte
el beso en tu cuerpo
y saborear el néctar
escondido

Mi beso desea
tu aliento
que se evapora
en el aire
y se quede dormido
junto a tu cuerpo
en una noche silenciosa.

Jacinta Ceballos