La Novia
La novia viaja
en una noria alta.
Su vestido es
en la tarde una casa
que teje canciones,
que fabrica ilusiones,
y en el aire
las cintas bailan
y giran las palabras;
mientras la novia viaja
en una noria alta.
Su vestido es
la fiesta de la tarde,
la canción que me falta,
la noria de mis viajes.
Giro sobre su falda
como una peonza,
y me enredo,
mis palabras son sus palabras,
y giro sobre su cuello
con mi collar de esperanzas;
mientras, en el aire,
la novia viaja
en una noria alta.
Jesús Ángel Morato
©
2001
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Y te vas
La luna
esconde la zapatilla
detrás de la cuna.
Tu serás su única niña.
Tus ojos no volverán.
Y te vas,
sueña el aire
con nubes naranjas
y olor a mar.
Tus ojos no volverán.
Y te vas,
y me quedo con la luna,
y me quedo con el aire,
soñando y llorando,
llorando y soñando
nubes naranjas,
nubes de dolor,
que no son,
que no pueden ser.
Tus ojos no volverán.
Y te vas.
Jesús Ángel Morato
©
2010
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Te recuerdo.
Te recuerdo en los pasos
en la luna viajera
de tu piel espesa.
Te recuerdo los cantos
de los gritos de los niños
y en el sabor de los abrazos.
Te recuerdo despacio
como las promesas lejanas,
como los brincos inquietos
de las dudas amargas.
Como una caracola de espuma
te recuerdo despacio.
Te recuerdo los labios
como una noche disuelta
entre las lluvias de marzo.
Te recuerdo febril, caminando.
Te recuerdo morena, entre mis brazos.
Te recuerdo única y distante,
especial, cercana y amante.
La distancia es el recuerdo
de los enamorados de las tardes.
Dos versos en la noche,
tres palabras tristes de amantes
que como la luna
se acuerdan de aquellos instantes.
Te recuerdo.
Jesús Ángel Morato
©
2010
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